Un día, saqué a un hombre de una cloaca. Su cuerpo estaba lleno de llagas.
Lo llevé a Nirmal Hrday, que es la casa del amor en acción.
Lo limpiamos, lo bañamos y curamos sus heridas.
Durante todo ese tiempo nunca se quejo y no había rastros de miedo en su expresión.
Lo único que me dijo fue:
“ Siempre viví como un animal en las calles, pero ahora voy a morir como un ángel”.
Me sonrió de un modo bellísimo y murió.
Su sonrisa permanece siempre en mi mente y en mi corazón .
Es de la más hermosas que he visto.
Teresa de Calcuta