Cuando alguien se emplea,
está alquilando su intelecto por un sueldo;
en cambio, un emprendedor
pone su mente a trabajar para él,
pues considera que es
su ¡«caja de caudales»!
Y los emprendedores no se permiten
el lujo de alquilarla a otros,
¡la necesitan para ellos!
Raimón Samsó